viernes, 23 de febrero de 2007

Entendiendo la importancia V y final (Liberacion)

"Pablo en Filipos
11 Salimos de Tróade en barco, y fuimos directamente a la isla de Samotracia. Al día siguiente, fuimos al puerto de Neápolis,12 y de allí a la ciudad de Filipos. Esta era la ciudad más importante de la región de Macedonia, y también una colonia de Roma. En Filipos nos quedamos durante algunos días.

13 Un sábado, fuimos a la orilla del río, en las afueras de la ciudad. Pensábamos que por allí se reunían los judíos para orar. Al llegar, nos sentamos y hablamos con las mujeres que se reunían en el lugar.14 Una de las que nos escuchaba se llamaba Lidia. Era de la ciudad de Tiatira, vendía telas muy finas de color púrpura, y honraba a Dios. El Señor hizo que Lidia pusiera mucha atención a Pablo,15 así que cuando ella y toda su familia fueron bautizados, nos invitó con mucha insistencia a quedarnos en su casa, y así lo hicimos.

Pablo y Silas en la cárcel
16 Un día que íbamos con Pablo al lugar de oración, en el camino nos encontramos con una esclava. Esta muchacha tenía un espíritu que le daba poder para anunciar lo que iba a suceder en el futuro. De esa manera, los dueños de la muchacha ganaban mucho dinero.17 La muchacha nos seguía y gritaba a la gente: "¡Estos hombres trabajan para el Dios Altísimo, y han venido a decirles que Dios puede salvarlos!"

18 La muchacha hizo eso durante varios días, hasta que Pablo no aguantó más y, muy enojado, le dijo al espíritu: "¡En el nombre de Jesucristo, te ordeno que salgas de esta muchacha!"

Al instante, el espíritu salió de ella.19 Pero los dueños de la muchacha, al ver que se les había acabado la oportunidad de ganar más dinero, llevaron a Pablo y a Silas ante las autoridades, en la plaza principal.20 Allí les dijeron a los jueces: "Estos judíos están causando problemas en nuestra ciudad.21 Enseñan costumbres que nosotros los romanos no podemos aceptar ni seguir".

22 También la gente comenzó a atacar a Pablo y a Silas. Los jueces ordenaron que les quitaran la ropa y los golpearan en la espalda.23 Después de golpearlos bastante, los soldados los metieron en la cárcel y le ordenaron al carcelero que los vigilara muy bien.24 El carcelero los puso en la parte más escondida de la prisión, y les sujetó los pies con unas piezas de madera grandes y pesadas.

25 Cerca de la media noche, Pablo y Silas oraban y cantaban alabanzas a Dios, mientras los otros prisioneros escuchaban.26 De repente, un fuerte temblor sacudió con violencia las paredes y los cimientos de la cárcel. En ese mismo instante, todas las puertas de la cárcel se abrieron y las cadenas de los prisioneros se soltaron.

27 Cuando el carcelero despertó y vio las puertas abiertas, pensó que los prisioneros se habían escapado. Sacó entonces su espada para matarse,28 pero Pablo le gritó: "¡No te mates! Todos estamos aquí".

29 El carcelero pidió que le trajeran una lámpara, y entró corriendo en la cárcel. Cuando llegó junto a Pablo y Silas, se arrodilló temblando de miedo.30 Luego sacó a los dos de la cárcel y les preguntó:

--Señores, ¿qué tengo que hacer para salvarme?

31 Ellos le respondieron:

--Cree en el Señor Jesús, y tú y tu familia se salvarán.

32 Pablo y Silas compartieron el mensaje del Señor con el carcelero y con todos los que estaban en su casa.33 Después, cuando todavía era de noche, el carcelero llevó a Pablo y a Silas a otro lugar y les lavó las heridas. Luego, Pablo y Silas bautizaron al carcelero y a toda su familia.34 El carcelero les llevó de nuevo a su casa y les dio de comer. Él y su familia estaban muy felices de haber creído en Dios.

35 Por la mañana, los jueces enviaron unos guardias a decirle al carcelero que dejara libres a Pablo y a Silas.36 El carcelero le dijo a Pablo: "Ya pueden irse tranquilos, pues los jueces me ordenaron dejarlos en libertad".

37 Pero Pablo les dijo a los guardias:

"Nosotros somos ciudadanos romanos. Los jueces ordenaron que nos golpearan delante de toda la gente de la ciudad, y nos pusieron en la cárcel, sin averiguar primero si éramos culpables o inocentes. ¿Y ahora quieren dejarnos ir sin que digamos nada, y sin que nadie se dé cuenta? ¡Pues no! No nos iremos; ¡que vengan a sacarnos ellos mismos!"

38 Los guardias fueron y les contaron todo eso a los jueces. Al oír los jueces que Pablo y Silas eran ciudadanos romanos, se asustaron mucho.39 Entonces fueron a disculparse con ellos, los sacaron de la cárcel y les pidieron que salieran de la ciudad.

40 En cuanto Pablo y Silas salieron de la cárcel, se fueron a la casa de Lidia. Allí vieron a los miembros de la iglesia y los animaron a seguir confiando en Jesús. Luego, Pablo y Silas se fueron de la ciudad."

Voy a ser breve (aunque en gral siempre soy breve, prefiero no aburrir con mucha cháchara), algo que podemos observar en Silas y Pablo (versos 23 a 25) una muestra de fe (por si no lo han notado en el corto análisis que he hecho e ligado de cerca a la alabanza y a la adoración con la fe) , lo digo porque Pablo y Silas estaban siendo azotados y en lugar de quejarse oraron y cantaron.

Amigos el alabar y adorar a Dios de corazón unido con la fe y la autoridad que tengamos puede hacer que esa opresión en la cual el enemigo te tenga, desaparezca, ¿por que?, sencillo porque Dios obra de acuerdo a tu fe, porque Dios no desprecia un corazón contrito y humillado, y cuando alabamos a Dios de verdad como lo dice la palabra (Dios esta buscando adoradores que lo adoren en espíritu y en verdad) nuestro corazón se abre y se derrama ante el Señor.

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